lunes, 13 de abril de 2020

La zebra

Controlame la zebra que me dispara este renacer
Controlame la raíz queriendo tomar agua de mar
desplazándose en cada viento, de ese que también quiero que me controles
Controla mi espina dorsal nauseabunda cuando te mira fijo
Atame las ganas de gritar en medio de una calle vacía
Cubrime la oscuridad con un yeso imposible de romper
Cerra con candado a las brujas de los humos que exhalo
Corta cada hilacha de minutos en que no los abrazo
Tapame la boca, para ahogarme en mi propio silencio
Decidí lo que debo ingerir, y cuando tengo que tomar el sol
Que tengo que pensar, que tengo que vestir
Controlame hasta la rebeldía de poder enfrentarte
como si fuera tu invento, déjame vivir solo para obedecerte.


Inerte

Morir como un numero mas,
sostenido por una cascara magenta
que renace para olvidarte en ese arco sin triunfo
otra mascara de la evolución trashumante
Desesperación absoluta
la incertidumbre carcome tu hígado
mientras caes al infinito de evasión
drogas y temblores de ansia
palpitación aguda
aguja que quema en el pecho
resolver que esta todo dormido
y que les sale bien obedecer
Enojada vomitando la sociedad
las figuras inertes
sin reaccionar
sin oler ni siquiera lo que vendrá
lo que hace el miedo
acostumbrándose a tu membrana
Morir, en brazos del confort
de unas vacaciones aprincesadas
de niñez sin cultivo
obligándote a respirar
obligándote a permanecer inerte

miércoles, 8 de abril de 2020

Purpura en las sanguijuelas del post mordelon
Un sueño que tenia como agravio el dilema existencial del encebollado emocional para distraerse del socializar, canto para cada capa entumecer, corta el gajo en la cifra exacta en la que se despierta mi callejón izquierdo, vuelvo a patear todas la cerraduras, y abrir al fin una ventana de aliento, entre posters y camas vacías, luces escondidas con la cervical dura, me asoma una idea un flagelo una sombra titiritera que sonríe cada vez mas en cada sigla, en cada ventisca que gotea la ventana.