miércoles, 1 de febrero de 2017

Nada cambia el olor de la desesperación
en todos los tobillos hay raíces malolientes
la tierra chupa mientras cabalgamos en el enjambre
el peligro vuelve a ser erizado por el tiempo.

Llueven los oraculos al rio del destino
fluir
o en contra corriente se arrancaran las ramas de abajo
y cuando ya no quede mas que un alma devorada
desaparecer como la lluvia se hace uno con el agua





Prolongada

Al desaparecer, hubo un congelamiento
las raíces se volvieron tibias mientras las hojas escarchadas
quebraban su sangre en caída libre
ternura, que el vacío ha dejado en mi su manto inacabado
resuelto el llanto viene la tristeza prolongada
como esas raíces q nunca callan
como esos placebos que renuncian a sus frutos
el porvenir desecho en las águilas que tienen las alas rotas
por los años se nos fueron las cenizas de lo que fuimos
encarna en mi el verbo que no seguiste
el agua tibia de lo que no pudiste beber
la canilla abierta de los años renuncia
ya no queda agua para lavar el tiempo
ya no queda tierra para sembrar el vacío
coagulado amor que rebalsa y no fluye
volverte viento porque mi vientre esta oscuro
he de verter el romance en esas hojas crujientes
dejarlas caer rotas como el alma que abunda en el aire
nada se salva del recuerdo efímero de la presencia
tuya como si pertenecer fuera del agrado de esta
pero tuya al fin, aunque no querer signifique renunciar
pero no olvidar, no las águilas, aunque sus alas ya sean cenizas.,