Hondo renuevo el azufre que emana desde ese profundo y maloliente pasado, como si pudiera empezar de cero, esa esperanza cruel y fructifera, esa motivacion externa de una curiosidad por lo bueno. Llene mi vida de odio y eso me mantuvo en calma, pero ahora ya no puedo seguir, aflore el veneno, renacio otra verdad que me hizo restructurar el cerebro, como esa magia que duele porque ahora las quemaduras son de cuarto grado. Pellizco para saber si vivo, es parte esto de la misma experienca humana? dudo, dudo de la vida pero mas dudo de mi idolatria hacia la muerte. Ven pequeña sombra bailemos una vez mas no me abandones en los cantos gregorianos, no me batas que te vas a la cueva cuando persistes en amarme.
Calla y no vuelvas porque te incorporo como mia, como eslavon perdido de esta cadena de traumas de esta violencia que ya no existe. Humana mi mano maquinista, humano mi error cosmico de abrazarte, brazalete de esparta como simbolo de guerra, queda en mi agujero la espada que se disuelve mientas lloro, llenando esos vacios de buenos llantos infundados, de buenas calmas como entes que derraman esa leche que he bebido. Deshabitando la penumbra, perpetrando el consuelo de verme ciega. Balanceando el desacierto con la culpa noble de un hermano muerto, como si exstir fuera ya un prerecuerdo de otra vida. Balbuceando el feto floral para despedirlo de una buena vez, con vos se van lxs fallcidos que me imploran, muerte, te fuiste y te recuerdo con esta pretristeza melancolica, pero te suelto para que vivas para existir en la que fui.
