sábado, 6 de enero de 2018

Enemistad

Cuando el fuego balancea el terciopelo
se cae en mil pedazos el olvido
con el mi alma de tilo enviudado
la transparencia ha forjado el destino de mi sombra.

Flamante me devuelve en mil pedazos
la razón enamorada del consuelo
y con ello me pego al diablo glandular que gime
flautas presagios y una que otra flama.

Me fui a lo lejos de mi ser osea  tenia grandes dedos y pocas horas de viaje mientras pedaleaba mi neurona acariciaba el sonido de mi antaño siempre recordado, como si fuera poco me lance todas las horas en las venas y prófuga de mi inconsciente me renací en esos pétalos de mis hábitos. Con la picazón de la memoria, me desintegre la vagina y reí, como ríen los suicidados.
este es el cuento de nunca acabar, por la tortuga se oculto de tanto estar quieta y aunque quiera no podría ni siquiera lento, para detener el tiempo hace falta un buen corazón lleno de epseranza que acabe con el mundo humano, la carne vuela y todos callan mientras lo busco desesperada por todo el consuelo y de mi se ríe el terciopelo mientras prendo fuego el camisón.
Esta vez me quedare quieta, todos lloran un amor en vano, y podría ser mejor pero el tiempo se olvido de todo lo que amaba y ya no existe el pueblo ni nada, esta vez existo yo en mi cuerpo como pueblo de lo que podía amar mientras la carne se me ha quedado en el aire de un presente que aun vivo y escondo y siempre sera así lo lamento pero no voy a cambiar porque no quiero morir. Perdón cielo quería ser mas sobresaliente pero todos pierden, jaulas, vacías de odio, que llenas fascinadas el gaucho que embala la cabaña que estremece, gracias por todo el que oye no piensa porque la opinión de un ciudadano ilustre nunca es mas allá de la mugre un eyaculados precoz que evita  a la memoria hacerse cargo de un mundo igual de la sustancia que rebalsa en cada metáfora que la vida nos impone, no volare a los ángeles no acabara en la tumba de mi madre, esta bien cariño  te doy mas de lo que pedís pero soy así no voy  a cambiar porque no quiero morir, jaulas que enfrento con mi miente podres escapar de una realidad.
Te siento en la piel de alfombra desteñida como mi alma granulada que desfila por un crucero de espejismos. en otra tierra te extrañare y aunque el silencio me calle te pronunciare en el adentro esa profundidad de mi esclavitud encadenada en el fruto de tu árbol, aroma de jacare. mi cobra esta podrida por dentro y me traslucís el canto en pequeñas sonrisas que no son para mi, cielo, en el aire las estrellas pegajosas de ese néctar empalagoso rebalsando entre tus dientes mochileros de besos extranjeros.


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